La expectativa con la llegada del año 2024 estuvo marcada por el cambio de gobierno; este, antecedido por un proceso convulso en donde diversos actores políticos y grupos de crimen organizado que parasitan alrededor del Estado veían subvertido el orden esperado por ellos ante el resultado de las elecciones meses atrás.
Aunque haya quienes soslayen hablar de lo político, es preciso remarcar que la política y más en nuestro país, es un espacio violento. Hay manifestaciones en que la violencia se sustrae de los hechos comunes, para dar paso a condiciones de violencia política con grandes externalidades a nivel social.
Lo sucedido en Guatemala en los últimos seis meses marcó un tiempo de incertidumbre y polarización que alcanzó a gran parte de la sociedad, materializando un complejo escenario de violencia política que subsiste hoy en día.
Homicidios y lesiones
Respecto de los temas principales de la violencia, los homicidios siguen siendo un tema de seguimiento porque naturalmente transgrede el más fundamental de los derechos. Para el caso de Guatemala, el año 2024 nos permite hacer el recuento del año previo, el cual mostró una disminución del 3.5% en la tasa de homicidios (16.7) respecto al año anterior (17.3); y sesenta muertes menos (2944) que las del año 2022 (3004). Si lo comparamos con el año 2019, cuyo año es la referencia antes de la pandemia por Covid-19, vemos que el 2023 tiene una disminución en la tasa de homicidios del 22.7% respecto del 2019. Así como 635 homicidios menos que ese año.
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